martes, 23 de septiembre de 2008

hormonas sexuales del hombre

¿Cómo se controla la producción de hormonas sexuales?


La síntesis de las hormonas sexuales está controlada por la hipófisis, una pequeña glándula que se encuentra en la base del cerebro. Esta glándula fabrica, entre otras sustancias, las gonadotropinas, que son las hormonas estimulantes del testículo en el hombre y del ovario en la mujer. Al llegar la pubertad se produce un incremento en la síntesis y liberación de gonadotropinas hipofisarias. Estas llegan al testículo o al ovario donde estimulan la producción de las hormonas sexuales que, a su vez, dan lugar a los cambios propios de la pubertad.

Por otro lado tanto estrógenos como andrógenos ejercen el llamado efecto de retroacción negativa, es decir, que estas hormonas son capaces de frenar la producción de gonadotropinas hipofisarias, regulando también ellas mismas la secreción hipofisaria.

¿Qué funciones desempeñan las hormonas sexuales?


Durante la pubertad los andrógenos provocan la transformación del niño en varón adulto. Producen un aumento del tamaño del pene y del escroto, aparición de vello pubiano y aumento rápido de la estatura. Los andrógenos hacen que la piel sea más gruesa y oleosa. Estimulan el crecimiento de la laringe, con el consiguiente cambio en el tono de voz, y favorecen la aparición de la barba y la distribución masculina del vello corporal. Otra consecuencia de la actividad androgénica es el cese del crecimiento de los huesos largos por fusión de las epífisis después del estirón puberal. Los andrógenos, junto con las gonadotropinas, son necesarios para la producción y maduración del esperma. Además, los andrógenos son hormonas anabólicas, es decir, favorecen la síntesis de proteínas y el desarrollo muscular y son la causa del mayor tamaño muscular del varón con respecto a la mujer.

¿Cómo actúan las hormonas sexuales?

La testosterona actúa de una forma similar, sin embargo, antes de unirse a su receptor, las células de la mayoría de los tejidos sensibles a los andrógenos la transforman ligeramente, convirtiéndola en una sustancia parecida llamada dihidrotestosterona, que es la que finalmente se une al receptor y pasa al núcleo celular.

¿Cómo se administran las hormonas sexuales?

Los andrógenos se administran habitualmente en forma de inyecciones intramusculares cada 2-4 semanas, ya que tienen una duración prolongada. Existen también parches e implantes de testosterona. Hay también comprimidos orales de derivados de testosterona, pero no se recomiendan para el tratamiento sustitutivo de hormona sexual masculina.

¿Qué utilidad práctica tienen las hormonas sexuales?

La indicación terapéutica más clara de los andrógenos es el tratamiento del hipogonadismo masculino, es decir, el fracaso del testículo para producir testosterona que puede deberse a enfermedad testicular o a enfermedad hipofisaria y puede presentarse antes de la pubertad (en cuyo caso no se desarrollan los caracteres sexuales masculinos) o después de ella. En algunos tipos de anemia los andrógenos tienen utilidad clínica, ya que favorecen la producción de glóbulos rojos.

Los andrógenos se han empleado con la intención de favorecer el desarrollo muscular y aumentar la fuerza y el rendimiento atlético. Sin embargo, esta no es una indicación reconocida y conlleva el riesgo de efectos adversos. Otras aplicaciones clínicas en las que pueden emplearse andrógenos incluyen el edema angioneurótico hereditario, algunos casos de talla baja y como tratamiento paliativo en algunas pacientes con carcinoma de mama avanzado

¿Qué riesgos conlleva la administración de hormonas sexuales?

Los andrógenos pueden producir masculinización si se usan en mujeres y trastornos del crecimiento si se emplean en niños. Cuando se emplea en varones con hipogonadismo la testosterona se tolera muy bien. Puede producir algunos efectos indeseables, como retención de líquido, acné, ginecomastia (crecimiento de las mamas) y cambios molestos en el deseo sexual. También pueden empeorar una enfermedad prostática previa, aumentar del número de glóbulos rojos y producir alteraciones del sueño. Los parches transcutáneos pueden producir irritaciones de la piel. Algunos andrógenos orales (los llamados agentes 17-alquilados) pueden producir lesiones hepáticas. No deben emplearse andrógenos en pacientes con cáncer de próstata